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abr

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Planificación, el primer paso.

Planificación, el primer paso.

A lo largo de mi vida me he dado cuenta de todo el tiempo que somos capaces de perder, haciendo esa tarea tan importante… “NADA”.

Seguramente os haya pasado a todos, tener que empezar una tarea a las 10:00 (por ejemplo) y de repente, miráis el reloj y son las 13:00, ya no os da tiempo a terminarla… pero si aún no he empezado, ¿cómo puede ser?

Con el estudio pasa absolutamente lo mismo, además, en la mayoría de los casos, el estudio es algo que se hace por “obligación” y no por placer, entonces esa pérdida de tiempo aparece sin siquiera buscarla.

La tarea más importante de un alumno que se precie, es saber organizar las materias antes de empezar a estudiarlas. Si logramos hacer una planificación a medio y largo plazo, esa cantidad de 1292475091723685 folios de apuntes no parecerá tan grande, debido a que estará todo fragmentando y estructurado para dedicarle poco tiempo al día. El resultado final es salir ganando en tiempo y con esta planificación siempre será así.

A continuación voy a plantear las pautas generales que utilizo en la organización de las tareas, que hasta ahora han sido decisivas en el resultado.

 

CONSEJOS

 

– Si ya tenemos todo el temario a estudiar, hacer una planificación a medio o largo plazo (semanas o meses). Si no es así, vamos estudiando a la velocidad que marcan los profesores, hacer planificaciones a corto plazo, estructurando nuestra tarea para la semana en la que nos encontramos y la siguiente.

– Empezar por lo más sencillo y lo que más nos guste. El primer paso siempre es el más duro, donde aún estamos a tiempo de empezar a hacer “NADA” y por este motivo, debemos facilitarnos esa labor.

– Variar en las materias en una sesión mejorará el rendimiento y la concentración. Cuando organicemos las asignaturas, dividir el tiempo de estudio entre ellas en las diferentes sesiones. Si hemos planeado estudiar 2 horas por día y tenemos 4 asignaturas, lo correcto sería dividir esas 2 horas al día entre las 4 asignaturas. Sería mucho menos productivo estudiar durante todo un día la misma asignatura, al día siguiente otra asignatura y así sucesivamente.

– Como consejo estrella, tened siempre presente fijar vuestros descansos en las jornadas de estudio. Si programáis vuestro descanso a los 50 minutos, tenéis que ser estrictos con ello, aunque en ese momento estéis haciendo una parte que os guste o queráis acabarla, porque eso os producirá lo que se llama “ansia mental” y estaréis deseando volver al trabajo.